Hace dos fines de semana me acerqué a La Rioja, concretamente a Haro. De camino paré en Idiazabal a comprar un queso blanco curado para llevar a la gente con la que había quedado.
Tras reunirnos en Haro, cenamos por la zona de La Herradura, en el casco viejo, a base de tapas y, por supuesto, buen vino. Ese crianza de Martínez Lacuesta, triunfó.
Al día siguiente, teníamos resevada una visita a la bodega Rioja Alta en el barrio de la estación, donde están un buen número de bodegas, (Lopez de Haro, Muga, Roda, etc). La visita dura una hora y media e incluye un paseo por las dependencias con una interesante explicación del proceso que sigue el vino y su crianza, y una cata de tres vinos del grupo.
Seguidamente, nos dirijimos a Valdezcaray. Un aperitivo por las calles del pueblo y a comer en el restaurante Echaurren, de Francis Paniego, donde comimos realmente bien. Después de un paseo por la ribera del río para “bajar” la comida nos fuimos al winebar de Marqués de Riscal, en Elciego, un sitio espectacular diseñado por Frank Gehry.
El domingo, visitamos Laguardia y estuvimos comiendo en Logroño por la calle Laurel y alrededores hasta que a media tarde, tocaba volver.
En resumen, lo pasamos bien y nos quedamos con ganas de volver en otra ocasión. Buen fin de semana y mejor compañía.