De vez en cuando, tras un poteo por la parte vieja donostiarra con dos de mis mejores amigos, se produce algo insólito: los tres sentimos, a la vez, la llamada del chuletón del Néstor. Debe ser cosa de telepatía… Entrar en el bar, hacerse un hueco en la barra, saludar a Tito y compañía forma […]
Read Moreabril 27, 2012